Es recomendable acudir a terapia familiar cuando los problemas entre los miembros afectan negativamente la convivencia y el bienestar de la familia. También es útil en situaciones de crisis, como separaciones, enfermedades graves, dificultades económicas, o la presencia de trastornos psicológicos en uno de los miembros que impacten a toda la familia. Además, puede ser beneficioso cuando hay problemas de comunicación que generan tensiones o malentendidos recurrentes.

●Conflictos entre padres e hijos que afectan la convivencia.

●Problemas de comunicación entre los miembros de la familia.

●Situaciones de crisis como divorcios, enfermedades o pérdidas familiares.

●Conductas problemáticas o adicciones en uno de los integrantes que impactan a toda la familia.

●Dificultades en la adaptación a cambios importantes, como la llegada de un nuevo miembro, mudanzas o la transición de los hijos a la adolescencia o la adultez.